En mi post anterior les conté sobre mi estrategia de los "5
minutos al piano", un método simple que me ha ayudado a mantener la
constancia sin sentir presión. Esta semana, usé esos 5 minutos para practicar
escalas, y fue tan placentero que terminé agregando otros cinco… y luego otros
cinco más. 😅
Lo más curioso de esta semana no fue tanto lo que practiqué,
sino lo que descubrí.
Después de terminar con las escalas, aproveché esos minutos
extra para tocar una de mis canciones favoritas. Pero mientras la tocaba, algo
no sonaba bien. Las notas estaban, el ritmo también, pero… ¿por qué no sonaba
como cuando mi maestra la toca?
La respuesta: ¡el pedal del piano!
¿Para qué sirve el pedal del piano?
Resulta que el pedal (especialmente el pedal derecho,
llamado pedal de resonancia o sustain) es el secreto para que las notas
se mantengan sonando, creando ese efecto envolvente que tanto emociona.
Sin el pedal, cada nota muere al soltar la tecla. Con el
pedal, las notas se funden entre sí, dándole fluidez y emoción a la melodía.
Pero aquí viene lo importante: no se trata de pisar el
pedal todo el tiempo.
De hecho, encontré un video genial en YouTube donde el autor
explica cómo debemos practicar con el pedal, para asegurarnos de tener
una buena base, y luego integrarlo correctamente. Me ayudó muchísimo, y aquí
te lo dejo por si a ti también te sirve:
📹 3 ejercicios para dominar el pedal del piano
Lo que aprendí
- El
pedal transforma completamente la expresión de una pieza.
El pedal no es un “extra”, es parte esencial de cómo expresamos la música.
-
Hay que practicar la pieza limpia, sin pedal, y luego usarlo con intención.
- Es importante saber cuándo usarlo y cuándo no. (¡No es solo pisar y ya!)
Recomendaciones para principiantes
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✨Conclusión
Así que ya sabes, si algo en tu melodía “no suena como
debería”, tal vez no es que estés tocando mal… ¡puede ser que falte el pedal!
A mí me abrió los oídos —y la mente— a una nueva dimensión
del piano. ¿Y tú? ¿Ya usas el pedal en tus prácticas?
Te leo en los comentarios. 🎶
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